Tanto en GH2012 como en SxB2 se debatió sobre trastornos alimentarios a raíz de la problemática de dos chicas. Con el compromiso de permanecer aisladas, las participantes no pueden dejar la competencia, pero declararon síntomas de enfermedad.
¿Qué debería hacer la producción de ambos realities? ¿Esas chicas deberían abandonar su participación? ¿Cómo se conjuga el rating televisivo con la salud de las integrantes de cada programa?
Desde Telefe, el tratamiento del tema fue extenso. La situación de Victoria, la participante que sufriría de bulimia, fue analizada por especialistas y por la psiquiatra del reality (dedicada exclusivamente al cuidado y observación constante de cada uno de los chicos).
En Soñando por bailar la cuestión no alcanzó tantas repercusiones. José María Listorti analizó la problemática de Julieta Ponce con los panelistas de Este es el show y se debatió sobre la conducta de la participante sin adentrar en su pasado, sus síntomas y la posibilidad de un tratamiento. El tema no mantuvo la continuidad que sí se extendió en GH2012 hasta el día de hoy.
A raíz de estos sucesos, la televisión se convirtió en un verdadero consultorio de consejos médicos, opiniones sin fundamento y análisis variados sobre trastornos alimentarios, un tema que habitualmente recorre los noticieros o las revistas cuando quien cae en la enfermedad es una famosa.
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