Hace dos semanas Rodrigo Fernández había sido sancionado por Gran Hermano, luedo de haberse comprobado que en tres ocasiones él había recurrido a distintas formas de arreglar los votos. Hoy, lo vemos a Rodrigo nuevamente al borde de lo mismo.
En una tarde soleada en la casa, se puso a compartir una charla con Juan Cruz, Florencia, Victoria, Ornella, Alex y Fabricio.No tuvo mejor idea de iniciar un juego. El juego consistía en que un participante nombrara a quién nominaría en la próxima gala. Con esto, se buscaba contradecir la regla que dicta Gran Hermano con respecto al voto cantado.
Por lo tanto, el nombre que el participante dijera sería anulado: los participantes que ellos tiraron fueron de aliados y de los participantes de esa charla, entonces esto terminaría con la imposibilidad de que los votos que ha dicho no tengan válidez y ninguno de sus aliados terminen en placa. Queda dictaminar si esta práctica esta válida o no, lo cierto es que Rodrigo le gusta estar al límite y no tiene problemas en hacerlo.
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